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Antibacterial casero.


Hoy en día con esta crisis de pandemia mundial, con la escases que tenemos para protegernos, les traigo acá una alternativa de algo muy necesario, más si necesitas salir a la calle.

Bueno, les traigo un antibacterial casero, súper fácil de hacer pero muy efectivo, con la misma consistencia que cualquier otro, con productos que están a la mano y por supuesto la alternativa a estos productos también.

Empecemos.
¿Qué necesitamos?

-Un envase (donde llevaremos el antibacterial)
-Gel de sábila (también sirve el cristal de la sábila directamente)
-Vitamina E (Si tenemos en casa, es un agregado para cuidar la piel de nuestras manos)
-Fragancia (Si tenemos algún perfume que nos guste mucho o tan solo un aceite natural como el coco servirá)
-Alcohol (recomendable a un volumen de 70% para la función de eliminar bacterias)
-Agua

Preparación:

Todo va a depender de los materiales que tienes para hacerlo, pondré de las dos formas para que no queden dudas, igual si hay alguna, déjamelo saber en los comentarios.

Forma número uno:

Si no posees el gel de sábila directamente puedes conseguir la planta, acá en Venezuela le llamamos “penca” cuando le quitas una de sus ramitas. Es muy importante que sepamos manejarla para que el mal olor que despide del líquido que bota al cortarla, llamado aloína, no quede en nuestro gel antibacterial. Corta las hojas lo más cerca del tallo o base posible,  conviene que cortes las más externas y maduras, no las que estén en el centro de la planta, puesto que son las más nuevas.

1-Quitar la aloína (que es el líquido que expide la penca de sábila al cortarla)
2-Extraemos el cristal de la sábila cuidando que el líquido que bota la sábila al cortarla no toque ese cristal. (Su extracción es fácil, solo cortamos los dos extraños y laterales que tienen una espina, y con una cucharilla de madera raspamos el cristal y separamos de la cascara).
3-En una licuadora vertemos el aloe vera, con el alcohol,  la fragancia que queremos darle en conjunto de la vitamina E y el agua.
4- Verter el antibacterial sobre el envase.

Forma número 2:

Sería directamente mezclar, sin licuar, los ingredientes antes mencionados sin agregar agua, dado que la consistencia cambiaría y se haría más líquida.


¡Y listo!


Tenemos nuestro antibacterial.

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